Impotencia. Eso es lo que ahora mismo siento ante esta vida, que me empuja a saltar sobre una fosa llena de alambres de púa. Sí, asi de trágico. Estoy en el borde de la tierra, apretando fuerte los dientes, llorando, con un nudo en la garganta, con el corazón destrozado, con la cabeza cansada... y el mundo atrás empujandome. ¿Y lo peor de todo? Que no tengo alas para salvarme.