Siempre me siento feliz, ¿sabes por qué? Porque no quiero esperar nada de nadie, esperar siempre duele. Los problemas no son eternos, siempre tienen solución, lo único que no se resuelve es la muerte. La vida es corta, por eso ámala, se feliz y siempre sonríe, solo vive intensamente.- William Shakespeare
Si algún día sentiste algo por mí, quizás aún lo sientas.
Si algún día me afirmaste que estarías para siempre,
quizás aún estés aunque no te vea.
Pensando en mí cada vez que sales a jugar un billar,
o cada vez que ves algo de color celeste.
Y quizás, cuando nos volvamos a encontrar
me vuelvas a decir que solo me quieres a mí.
Y quizás sea entonces cuando yo deje de pintar tontamente
nuestros nombres juntos en una hoja de papel.
Y deje de escribir estos textos que solo te mencionan a ti,
para darme cuenta de que lo importante es actuar rápido.
Y no una vez que ya he dejado de creer en ti.


No sabía que mis lágrimas podían escapar tan fácilmente, que podían recorrer con tanta velocidad mis mejillas. No sabía que un dolor tan grande te puede hacer sentir una enorme presión que intenta aplastarte los pulmones para hacerse con el corazón. Pero de eso va la vida... de equivorse y aprender, de llorar y de reír, de decir adiós y dar la bienvenida. Lo que más aprendí de toda esta mierda, es que hay que aceptar las cosas. Estas son como son, y una muchas veces no puede hacer nada para cambiar esa maldita realidad de la que tanto desea escapar. Y bueno, algún día habré llorado tanto que me quedaré seca. Algun día habré maldecido tanto que llegará un momento en el que finalmente lo acepte. Caerse y seguir, de eso se trata. Los que no lo saben son los que se quedan atrás.



Para algunas personas, de forma inexplicable, el amor se apaga. Para otras, el amor sencillamente se va. Si bien es cierto, por supuesto, que el amor también puede encontrarse, aunque sea solo por una noche. Sin embargo, existe otra clase de amor, el más cruel, aquel que prácticamente mata a sus víctimas. Se llama amor no correspondido. La mayoría de historias de amor hablan de personas que se enamoran entre sí, pero, ¿qué pasa con los demás? ¿quién cuenta nuestra historia? La de aquellos que nos enamoramos solos, somos víctimas de una aventura unilateral, somos los malditos de los seres queridos, los seres no queridos, los heridos que se valen por sí mismos, los discapacitados sin plaza de aparcamiento 
reservada.



Recién ahora me doy cuenta de que lo más duro de todo no fueron las miles de lágrimas que recorrieron mis mejillas cuando pensaba en ti, ni que a veces me entraran ganas de huir corriendo gritando como una loca histérica, ni todas las decepciones que me diste que parecían aplastarme hasta dejarme sin poder respirar. Eso no fue lo más duro. Como tampoco lo fueron todos los momentos que pasamos juntos que hacen que, ahora, al recordarlos me dé la sensación de que me atraviesan con un cuchillo afilado el corazón; ni tampoco es el recuerdo que tengo de ambos andando uno al lado del otro, a pesar de que me mire ahora y me vea sola andando con mi propia sombra.Sabes, lo que es más duro? Lo peor de todo es saber que pudo haber sido. Es saber que en momento me amabas tan alocadamente como yo a ti. Y el saber que, ahora, es demasiado tarde.